Domingo IV de Pascua
(Juan 10, 1-10)
Jesús, el Buen Pastor. Qué bella imagen la
que nos presente el Señor en este domingo para darnos cuenta de la importancia
de su presencia en la vida de cada persona. Ser pastor significa muchas cosas:
cuidar, conocer, velar, sacrificarse. Un verdadero pastor nunca descansa de
conocer a aquellos que se le confiaron ni deja de interceder por éstos.
Yo soy la Puerta. Esto equivale a decir que
el camino que nos conduce al Padre es Jesús mismo; Él es la puerta que nos
conduce a la verdadera alegría. Puertas en el mundo hay muchas; amplias,
cómodas, pero, la de Jesús es LA PUERTA, no UNA PUERTA MÁS; de allí que
aprendemos con la experiencia de la vida que sólo en el Señor podremos encontrar
el camino que no se topa con un muro, sino con la vida eterna.
En este domingo la Iglesia nos invita a orar
por las vocaciones sacerdotales; es la JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS
VOCACIONES. No privemos a la Iglesia del apostolado de la oración por los
futuros sacerdotes y religiosos; el
mundo nos necesita; sin vida sacerdotal no hay sacramentos, sin oración por las
vocaciones no podría existir el Seminario, lugar de formación sacerdotal.
Es un deber singular y justo rezar en este
domingo por todos los Sacerdotes del mundo para que vivamos siempre enamorados
de Cristo Jesús y su Iglesia; oremos por nuestros seminaristas.
¡Feliz día del buen Pastor a los Sacerdotes
que trabajan incansablemente por la Evangelización!
P.
Rodrigo Gallego Trujillo
Rector
del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles” de Buga