Corrección fraterna
(Mateo 18, 15-20)
No es fácil
dejarse corregir; es posible que corregir lo hagamos con cierta facilidad
porque, en muchos casos nos sentimos con derecho de juzgar a los demás; actitud
completamente antievangélica, pues, según el Evangelio de este día, todos
tenemos la responsabilidad de ayudar a que todos seamos mejores, crezcamos como
personas, lleguemos a la perfección cristiana, la santidad.
Todos debemos
saber que hay muchas cosas para corregir y actitudes que desterrar de nuestro
comportamiento y de nuestra relación con los demás.
Cuando dejemos
de sentirnos mejores y superiores que los demás, las cosas cambiarán en nuestra
vida y en la relación con el prójimo y aprenderemos a descubrir más cualidades
que defectos, virtudes que vicios, lo bueno que lo malo.
De otro lado,
hay una certeza de fe muy grande en el Evangelio de este domingo: cuando se
reza con fe, se alcanza lo que se pide; cuando nos ponemos de acuerdo en
nuestra oración, el Señor nos escucha; la fuerza de la oración comunitaria, de
la súplica confiada, de la alegría de saber que el Señor Dios, el Buen Dios nos
escucha.
Conclusión:
para que nuestra oración sea más profunda y consecuente, debemos tener vida
fraterna y comunión entre nosotros. Donde hay división y litigios difícilmente
Dios podría actuar en nuestras vidas.
¡Amémonos como Dios
nos ama!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce
Apóstoles” de Buga