Los últimos serán primeros, los primeros los últimos
(Mateo 20, 1-16)
El mundo nos
vendió la idea que el triunfo está en la conquista de muchos títulos, en la
posesión de muchos bienes y en el poder para dominar a otros. Nada más opuesto
al Evangelio de Cristo.
La lección de
este domingo es clara: El Señor nos llama a trabajar en su viña sin esperar
honores; el premio es la alegría de haberse encontrado con Él, amarlo, servirlo
y seguirlo. Cuando trabajamos esperando recompensa, no estamos evangelizando
sino haciendo un trabajo profesional o una acción social que me han pedido.
Debe ser claro
para nosotros que el Bautismo nos hace a todos responsables de la obra de la
evangelización; nos pide con urgencia que hagamos apostolado en beneficio para
los demás; el apostolado no es obligación del sacerdote, es deber del
bautizado; hacer misión no es sólo para la religiosa, es obligación de fe para
todo hijo de la Iglesia.
Cuando entremos
en otra mentalidad, servir por vocación y no hacer todo por la paga, las cosas
tomarán otro rumbo; habrá otro espíritu y el señor de nuestra vida no será el
dinero sino el Señor Jesús que vino a servir y a dar la vida por todos.
No seamos
tacaños con el Señor y la Iglesia: hagamos apostolado, sirvamos a los demás con
alegría y gusto.
¡Humilde
servidor de la viña del Señor!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce
Apóstoles” de Buga