Muchos son los llamados…
(Mateo 22,1-14)
Hoy la primera lectura y el Evangelio nos
hablan de un banquete. Todos tenemos derecho a alimentarnos bien; a muchos les
encanta comer muy bien y hasta de sobra, cuando hay muchos que comen mal y casi
siempre les falta. La primera conclusión es aprender a vivir en la austeridad y
sencillez, comer de todo lo que la Providencia del Señor nos proporciona y, con
sencillez, compartir de lo que tenemos.
En segundo lugar: Jesús hace una invitación
para todos: la vida eterna, no excluye a nadie, pero tampoco obliga a nadie a que
la acepte y la asuma; es libre… pero, hay una realidad espiritual contundente,
si el hombre que fue creado por el Señor no busca como meta última de su vida
al mismo Señor que es su origen, su vida se verá frustrada y anulada
interiormente. Puede que triunfe material, económica y profesionalmente, pero…
todo eso es pasajero, mientras que lo esencial ―invisible a los ojos― se quedará “en
pañales”.
No nos podemos “dar el lujo” de muchos, vivir
como si Dios no existiera o como si no tuviésemos que rendirle cuentas de
nuestra vida que viene a ser la viña y/o el banquete.
No seamos de los que esperamos a responder
cuando “nos provoque” o del modo que “se nos antoje”; Dios es misericordia,
pero también exige y quiere de nosotros todo, lo mejor, no “lo que queda”.
Escuchemos la Palabra de Dios con seriedad y
démosle al Señor nuestra propia vida; demos el primer paso para amar a Dios
sobre todas las cosas.
¡Habitaré
en la casa del Señor por siempre!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles” de Buga