A Dios lo de Dios y al César lo del César…
(Mateo 22,15-21)
Qué intenciones
tan oscuras hay en el corazón de quienes formulan semejante pregunta al Señor.
Allí se esconden muchas de las cosas que alberga el corazón del hombre que no
busca el rostro de Dios sino su propio y egoísta bienestar.
Pero, sobre
todo, aparece la humilde sabiduría del Señor que busca siempre mostrar la luz
de la verdad y la claridad de las intenciones que deben acompañar el corazón de
la persona.
Es claro para
nosotros que debemos ser excelentes ciudadanos; no se puede ser buen cristiano
cuando nos brincamos las normas, evadimos las responsabilidades moralmente
justas con el Estado. Pero, también es claro para el creyente que se obedece
primero a Dios que a los hombres. Esto debe ser un criterio de fe que permita a
la persona darse cuenta de la transparencia de su conciencia.
De esta página
del Evangelio sale una gran lección para nuestra vida humana y cristiana:
honestidad en todo y por todo. En un mundo que impuso la infidelidad como
conquista, la mentira como argumento inteligente, la trampa como astucia, la Verdad
de Cristo debe brillar porque es la única que trae paz al alma y cosecha de
frutos abundantes.
Ayudemos al progreso
integral de la sociedad siendo santos cristianos que dan ejemplo en todo y por
todo.
¡Aclamad la gloria y el poder del Señor!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce
Apóstoles” de Buga