Gloria a Dios
en el Cielo
(Lucas 2, 1-14)
Hoy concluye el
año y por ello damos gracias al buen Dios, pues el autor del tiempo, nos ha
permitido vivir este período de vida y
por ello debemos comprometernos para vivir el nuevo año de la mejor manera, en
verdad, justicia y santidad.
Celebramos en
este domingo la fiesta de la Sagrada Familia, gran oportunidad para pensar en
la familia nuestra, tan golpeada, atacada y humillada. Si no hay familias bien
constituidas, la sociedad seguirá viviendo muchos flagelos, porque, en la
familia se aprende y recibe lo esencial de la vida para la convivencia, el
servicio, el respeto. Si el hogar no es un espacio donde se enseñe a amar la
vida, tendremos irrespeto por la vida, si el hogar no nos enseña a ser honestos
tendemos más delincuencia, robo, corrupción y mentira. Si el hogar no nos
enseña el respeto por la sociedad, seguiremos siendo bandidos, depredadores de
los bienes comunes y, lo peor, seguirá dominando el afán del dinero. Si el
hogar no es un espacio de vida y alegría, la sociedad jamás cambiará.
La vida de la
familia debería ser respetada por todos los medios. Pero, vemos con gran
preocupación y dolor, cómo se legisla en contra de la institución familiar,
cómo se lucha por desvirtuar lo que ha sido el plan de Dios, una familia
constituida por padre y madre, una familia donde se acoge a los hijos como un
don precioso y no se promueve el abominable crimen del aborto.
Todos queremos
un país mejor, pues, trabajemos por la familia. Cada uno aporte en su hogar
palabras de respeto, actitudes de serenidad y solidaridad. Enseñemos a nuestros
hijos a entender que viven en una sociedad a la que deben aportar lo mejor.
Jesús, María y José nos acompañen siempre.
¡Feliz año
nuevo!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce
Apóstoles” de Buga