Pastor y Sacerdote
Reflexión Dominical –Domingo 4 de Pascua–El Buen Pastor
(Juan 10, 11-18)
Llegamos al cuarto domingo del tiempo pascual y
con éste se nos presenta la fiesta del Buen Pastor. Es una bella ocasión
para festejar a Cristo el Señor, el único y buen pastor y reconocer y agradecer
el trabajo pastoral que tantos sacerdotes de la Iglesia hacen en todo el mundo.
Es justo alabar a Dios por el servicio desinteresado que muchos hacen en bien
de la Evangelización; son muchos, muchos, muchos los sacerdotes… tratamos de
servir de la mejor manera y con alegría.
También, en este domingo celebramos la Jornada
Mundial de Oración por las Vocaciones. Es una necesidad urgente preguntarnos:
¿rezo para que haya más vocaciones sacerdotales y religiosas?, más aún ¿me
interesa el futuro de la Iglesia?, ¿soy consciente de que si no hay sacerdotes,
no hay sacramentos?, ¿me doy cuenta de la importancia tan grande de las
religiosas que hacen tantas, tan grandes y tan necesarias obras en la Iglesia y
para el bien de los demás? No podemos ser indiferentes ante la escases de
vocaciones… debemos rezar más… debemos rezar mucho por esta intención. Les pido
que recen por los Seminarios donde se forman los futuros sacerdotes; la
santidad de las vocaciones y de los sacerdotes es también fruto de la oración
del Pueblo de Dios; no nos critiquen… recen… recen mucho por nosotros.
Pastor. Bella palabra que Jesús usa para hablar
de su misión en el mundo: cuidar, alimentar, ayudar, sanar, socorrer, rescatar;
es la expresión propia para los sacerdotes de la Iglesia; un sacerdote es un
pastor porque tiene como tarea ayudar a que sus ovejas ―los fieles― lleguen al
cielo. Un buen pastor da la vida por su comunidad; una buena comunidad es
obediente a su pastor. Oraciones mutuas.
¡Señor, danos sacerdotes; Señor danos
sacerdotes santos!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles”
de Buga