Mientras EPM hace ruido mediático celebrando la
cota de 415 metros sobre el nivel del mar, el riesgo y la zozobra continúan
para las miles de familias en las riberas del río Cauca. Desde hace casi dos
meses alrededor de 400.000 personas enfrentan la alerta roja y naranja en los
municipios del área de influencia del proyecto Hidroituango.
Esta semana el movimiento Ríos Vivos Antioquia
realizó una gira de incidencia en Bogotá para interponer diferentes recursos
jurídicos que ayuden a encontrar soluciones dignas para las miles de familias
que no cuentan con una atención oportuna que restituya sus derechos.
“Río arriba, río abajo, ¡nos quedamos sin
trabajo!”
Esta es la consigna de las comunidades
afectadas por la construcción de la represa desde hace siete años, y que hoy es
censurada por los ejércitos de seguridad de la EPM en los territorios. Durante
una rueda de prensa, integrantes del Movimiento Ríos Vivos contaron,
visiblemente afectados, todo el trasegar durante este tiempo de desplazamiento.
William Gutiérrez, víctima de los paramilitares
y presidente de la asociación de pescadores y mineros artesanales de Puerto
Valdivia, denunció presiones por parte de EPM antes de su viaje a Bogotá y
contó sobre la situación en los albergues, “estoy
viviendo un desastre, una cosa que no la había vivido ni con el desplazamiento
en 1997 por el Bloque Minero donde me fui a la ciudad a vivir casi como indigente,
¿por qué no declaran calamidad pública en donde los ranchos están destruidos y
solos, los animales aguantando hambre?, lo perdí todo, ¿cómo me voy a mantener
en una casa que me dé la empresa, si yo allá no puedo trabajar lo que sé?,
estoy buscando quien me adopte”.
Por su parte Milena Flores, lideresa de la
Asociación de Víctimas y Afectados por Megaproyectos, contó que la actividad
económica en municipios como Briceño, Tarazá y Cáceres es nula, “este proyecto le cambió la forma de vida a
casi todo el cañón, las playas donde íbamos a barequear están inundados por
encima de 150 o 200 metros aguas arriba, no nos han dado opciones. El río Cauca
tiene unos hijos, barqueros, areneros, arrieros”.
Ríos Vivos: la resistencia ante la amenaza y la
censura
La zona de influencia del proyecto
hidroeléctrico Hidroituango, ha sentado sus bases en medio de poblaciones
víctimas del conflicto y la persistencia de grupos sucesores del
paramilitarismo, que en este momento hacen presencia en la región y
estigmatizan y amenazan a el movimiento social; no es casual el asesinato de
dos líderes de Ríos Vivos, días antes de que iniciara la emergencia.
Denuncian que las autoridades no atienden a la
dinámica del conflicto armado, integrantes de bandas criminales, paramilitares y
excombatientes conviven en un ambiente de tensión y sin garantías; se están
presentando brotes de enfermedades por la mala alimentación recibida que no
corresponde a la dieta rutinaria de las familias. “La empresa controla la seguridad en los albergues, censura la opinión
de los afectados y se mete hasta en la intimidad de las familias, a las niñas
las están obligando a usar métodos de planificación y llegaron a prohibir las
relaciones sexuales.” declaró Isabel Zuleta en compañía de otros cinco
líderes de la región.
Mauricio Madrigal, de asociación de mineros de
Valdivia afirmó que EPM le miente al país y al gobierno, denunció las
dificultades que las comunidades hablen, se ha censurado a los medios de
comunicación, principalmente a los internacionales y los alternativos, ya que
los grandes medios de los empresarios colombianos como RCN y Caracol, son
atendidos prioritariamente por la EPM y controlan la información. “Están invisibilizando a los habitantes presa
arriba, ya que no están recibiendo ningún tipo de ayuda, ni albergues ni
alimentación; este tipo de cosas no se cuentan en los medios Somos barequeros
artesanales, conocemos el río.”
Líderes y lideresas expresaron su preocupación
por las 10 millones de personas que dependen del río Cauca desde el nacimiento
hasta la desembocadura macrocuenca en el océano Atlántico. Quienes se han visto
afectados por perder su empleo y sustento, no están siendo incluídos en algunos
censos municipales.
“No hemos
tenido participación, nos han estigmatizado desde el PMU a los integrantes de
Ríos Vivos, Cecilia Muriel, fue maltratada y sacada de los albergues por
pertenecer a la organización, les dan menos mercado y ayudas, la EPM no permite y calla la oposición al preciado
proyecto”.
“El
proyecto no es viable, es un desastre que hoy no se diga de frente que no hay
manera de salvarlo, insisten en acabar con la vida en la región, no cabemos los
dos en los territorios, somos la gente o es el megaproyecto” expresó la
vocera de Ríos Vivos Isabel Zuleta.
Las acciones
El pasado 15 de junio, el MRVA, con el apoyo
del Colectivo de abogados José Alvear Restrepo presentaron una solicitud de
medida cautelar en el Consejo de estado para que suspenda provisionalmente la
licencia ambiental y se pueda dar un manejo prioritario a la emergencia y no
sigan avanzando los riesgo para los derechos colectivos de las comunidades,
situaciones que se vienen denunciando tiempo atrás y que demuestran la falta de
aplicación del principio de precaución.
Las organizaciones que conforman Ríos Vivos en
Antioquia también radicaron una queja al Banco Interamericano de Desarrollo, organización
que apoyó la construcción del megaproyecto.
También se entregaron 35.000 firmas ante la
Procuraduría General de la Nación avalando un comunicado donde se respalda a
las comunidades y se exige la investigación disciplinaria y penal a
Hidroituango EPM por violación de derechos.
Por | Sara Zapata
@sagaza91
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