Las Palabras de Jesús no defraudan
(Juan 6, 60-69)
Seguimos leyendo el capítulo 6 de San Juan y
esto nos indica que la Iglesia quiere que tomemos conciencia del valor supremo
d la Eucaristía. No puede haber vida de Iglesia, plenamente, si no tenemos la
Eucaristía; ésta es vital. La Eucaristía nos llena de Dios.
Cuando tomamos conciencia del valor de la
Eucaristía nos vamos dando cuenta de cuán importante es vigilar sobre las opciones
que hacemos y de las elecciones que
vamos teniendo. Cuando se elige aquello que no da “hartura”, de un modo
“disimulado” nos vamos volviendo como el pueblo del Antiguo Testamento que
desvió el camino y fue infiel en muchos momentos de su historia.
No es posible ser infiel delante de un Dios y
Señor que ha sido fiel hasta el final y nos ha dado la posibilidad de amarlo
sobre todas las cosas. Quien es infiel, saborea “la comida de la mentira, la
bebida de la falsedad y el postre del desengaño”. Pero, quien vive en la
fidelidad, aún en medio de muchas luchas y dolores, sabe que Dios siempre le
bendice; Dios no bendice la mentira, pero siempre hace brillar la verdad; Dios
jamás se complace en el mal, pero si siempre está alentando a obrar el bien,
para sí mismo y para los demás.
Si Jesús tiene Palabras de Vida Eterna, sólo Él
es el camino, entonces, que nos conduce hacia la eternidad. ¿Por qué mentimos?
¿Por qué nos gusta vivir en mentiras? Porque, sencillamente, nos hemos alejado
de la Verdad que es Dios mismo. Quien vive en la Verdad no puede mentir, ni ser
infiel, ni ser doble, ni ser falso. “Jesús tiene Palabras de Vida Eterna”… allí
está la dicha de la vida y del vivir.
¡Señor, Tú tiene Palabras de Vida Eterna!
P.
Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles”
de Buga