500 líderes Sociales han sido asesinados en Colombia en
tres años. La anterior cifra corresponde a 161 líderes asesinados por año. Un
verdadero escándalo que a muchos en este país no les dice nada y muchos ni se
inmutan y hasta lo justifican: “es que eran guerrilleros vestidos de civil” dirán
y además, no se puede dejar morir el tema de la guerrilla pues es un tema
necesario para seguir manipulando. Quien diga, si lo anterior no tiene una
sistematicidad, es porque habita en otro planeta o es cómplice de esta
aberrante y penosa práctica.
Estamos ante un exterminio igual al aplicado a la Unión
Patriótica, en los años ochenta. Todos los asesinatos corresponden a un
mismo patrón de comportamiento y van dirigidos a un mismo sector de clase.
Todos son cometidos por “las fuerzas oscuras” que siempre han existido al
servicio de una sola causa: mantener el desequilibrio en la posesión de la
tierra. La tierra es el eje de todos los conflictos en el país, y el
narcotráfico su gasolina. El sofisma planteado por el anterior ministro de
defensa Luis Carlos Villegas, era que la causa de los asesinatos se originaba
por "líos de faldas". Que simpleza, que elementalidad, que torpeza. Lo anterior no es gratuito, lo
anterior obedece a una estrategia estatal, para ocultar a los verdaderos
autores de los crímenes. Es una política de estado, es el clásico
comportamiento de las elites, que guardan connivencia con el delito, para al
final proteger sus privilegios.
El asesinato de los líderes sociales, obedece a un mismo patrón
sistemático establecido y su propósito, es el de borrar del mapa, a todo lo que
les huela a izquierda, a todo lo que les huela a reclamantes de tierras, a todo
lo que les huela a la Colombia Humana.
Los asesinatos son
un modelo sistemático de paramilitarismo, aplicado a sectores sociales, que de
una u otra forma, tratan de liberarse de la opresión y el yugo que ejerce un
sistema inequitativo, desigual y protervo.
En la práctica es para matizar lo que siempre ha existido:
el cruel y demencial paramilitarismo, que hoy no se le llama así, si no que eufemísticamente
le llaman “Bacrim”.
Ahora el empresario, ministro de defensa del actual
gobierno del títere, Guillermo Botero Jaramillo, nos dice que los que asesinan
los líderes sociales, son unos delincuentes. Parece que el rollizo empresario, que hablo mal 8 años del
proceso de paz, descubrió que el agua mojaba. Claro que son delincuentes, como
son delincuentes todos aquellos empresarios, que de una u otra manera auparon y
cohonestaron con el paramilitarismo y hoy después de haberlos retirado de su
obligatoria presentación a la Justicia
Especial de Paz JEP, posan en la
actualidad de ilustres señores y hasta aspiran a ser contralores: José Félix
Laufaire.
Hoy, estos que asesinan líderes sociales, piensan tal vez
equivocadamente o no, que tienen gobierno. Piensan equivocadamente o no, que el
nuevo gobierno los arropara con su manto, piensan que su identidad ideológica
es igual a la del gobierno y con esto obtener patente de corzo para asesinar líderes
sociales.
Los que asesinan a los líderes sociales actúan con el
firme convencimiento equivocadamente o no, que con sus acciones, complacen al patrón
que gobierna en cuerpo ajeno.
Entonces cada vez que cae un líder Social lo justificaran
diciendo: ¡¡Buen muerto!!
Germán Peña Córdoba
Arquitecto-Universidad del
Valle
Matricula profesional
76700-00969 del Valle del Cauca