“¿Qué debo hacer para heredar la vida eterna?”
(Marcos 10, 17-30)
Nos preocupamos en la vida por ganar, guardar,
enriquecernos y… es necesario tener lo necesario para vivir, pero hemos de
creer El Evangelio cuando nos dice que nuestra principal preocupación debe ser
el Reino de Dios y su justicia y lo demás viene por añadidura.
Eso debe ser una prioridad en nuestra vida,
pues cuando decimos que le creemos a Jesús, debemos creerle a su Palabra… los
apegos no llevan a nada bueno, ni nos permiten encontrar el amor de Dios… los
apegos, tarde o temprano, nos desilusionan.
Lo importante de la vida es tener el corazón
lleno de Dios; es un tesoro que nunca se deteriora, no se lo roban, no se
corroe, lo podemos llevar a donde quiera que nos lleve el mismo Señor; tener a
Dios es tenerlo todo, es vivir todo para Dios y sólo para Él.
No nos puede dar miedo ser desprendidos con los
bienes que tenemos; ser apegado daña el corazón; ser tacaño nos va vaciando de
Dios y nos llena de ambición, angurria y egoísmo… y quien tales cosas hace,
nunca es feliz.
Dejar cosas por el Señor, es enriquecerse;
compartir con los demás es permitirle al Señor Dios que haga su obra en uno, es
darle la posibilidad que haga maravillas en uno y, a través de uno, para los
demás.
¡Sácianos de tu misericordia Señor, y estaremos
felices!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles”
de Buga