“Adviento”
(Lucas 1, 39-45)
La Santísima Virgen María aparece como figura
preclara en el camino del tiempo de Adviento, hacia la Navidad.
No podemos ser buenos cristianos si no somos
buenos marianos. Y esto debe ser claro en la vida de todo fiel discípulo del
Señor, pues, gracias la Virgen Madre, el Hijo Santo de Dios se hizo igual a
nosotros, tomando carne humana, viviendo como uno de nuestra familia humana.
No es posible comprender la presencia del Hijo
de Dios entre nosotros, si primero no tomamos conciencia de la misión
fundamental de la Santísima Virgen María. Por ella vino al mundo la luz que es
Cristo, por ella nos sentimos nosotros protegidos con amor maternal, por ella
comprendemos mucho mejor que la Iglesia es Madre como lo es ella.
No descuidemos el amor a la Virgen. Sentirse
mariano es empezar a comprender el Evangelio como ella lo vivió y nos lo
enseñó, en humildad, silencio y fidelidad.
La Virgen Madre de Dios interceda por todos y
nos permita vivir en familia unidos.
¡Hágase en mí, según tu Palabra!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles”
de Buga