“Epifanìa”
(Mateo 2, 1-12)
Hemos iniciado un nuevo año y con esta nueva
etapa hay muchos y muy buenos propósitos para la vida, para la fe y para la
relación con las demás personas. Pero, quizás, el mejor propósito es hacer todo
el esfuerzo posible por mantener una relación seria, profunda y constante con
el Señor, cumpliendo su voluntad y viviendo según sus exigencias. Aquí está la
clave que nos permite vivir la integridad de nuestra vida en la fe y en la alegría
permanente.
Este domingo celebramos la gran solemnidad de la Epifanía del Señor y
se trata de pensar que Dios debe ser la luz de la vida y del mundo. Vale la
pena pensar que en la vida de fe no existen ni la suerte ni el destino, sino la
PROVIDENCIA DE DIOS que nos indica siempre el camino y nos da aquello que
requerimos para vivir la vida en santidad y justicia.
El Evangelio nos dice que los magos se llenaron
de inmensa alegría al ver la estrella que los guiaba hasta la gruta o pesebre
donde nació el Señor. Cuánta alegría debemos tener siempre en la vida, pues, el
Señor siempre nace, siempre está cerca, siempre nos ayuda, siempre nos auxilia,
siempre nos brinda lo mejor para ser como una gran luz para los demás.
La Epifanía del Señor debe ser una motivación
para vivir todo este año 2019 en una íntima cercanía con el Señor, amando la
Iglesia, sirviendo a los demás, procurando vivir las obras de misericordia y
lejos de todos los vicios y pecados que acechan nuestro camino.
Feliz año nuevo y multitud de bendiciones para
todos.
¡Se postrarán ante Ti, Señor, todos los pueblos
de la tierra!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles”
de Buga