Tenemos en este domingo la lectura de la las
Bienaventuranzas según san Lucas; aquí un programa para vivir muy completo y
exigente. Es una oportunidad para revisar nuestra vida y darnos cuenta
realmente, cómo está hoy nuestra capacidad de asumir nuestra fe cristiana, no
como un accesorio de la vida, sino como la chispa de la vida.
Es un momento para reflexionar sobre el estilo
de vida que llevamos; es una reflexión para preguntarnos por la necesidad de
examinar todos los días nuestra conciencia y saber si estamos cumpliendo la
voluntad de Dios o, sencillamente, como muchos, el ser cristiano es como un
barniz superficial que no nos afecta pero que usamos cuando nos sentimos en
necesidades, tales como la pobreza, la enfermedad, la muerte….
Hemos de tener muy presente que, si el Señor
murió y resucitó por nosotros, es porque su amor es más grande que la misma
muerte, es porque nos ama hasta el límite…entonces, ¿por qué somos mediocres en
la respuesta que le damos?
Un buen cristiano no se contenta con lo mínimo…
siempre va más allá y está dispuesto, incluso, hasta dar la vida por la fe… un
buen cristiano nunca deja la fe, ni mucho menos duda del cuidado maternal que
la Iglesia tiene con sus hijos.
Sintamos alegría cuando, revisando nuestro
estilo de vivir, nos damos cuenta que estamos haciendo el deber sencillo y
humilde de responderle al Señor con gusto y exigencia; ojalá éste sea siempre
el curso de nuestros días y el valor supremo de nuestra respuesta al buen Dios.
¡Dichosos los que ponen su confianza en él!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Párroco de la Catedral San Pedro de Buga