Para el 2022, la desgastada estrategia de
"el que diga Uribe" ya se habrá agotado. El cuentico para esa
época, se habrá secado, así como se secan los ríos, las quebradas y los
arroyos. La tramoya se agotara, como se agotan las minas de Oro, Carbón y Cobre,
cuando se ven sometidas a la
sobreexplotación inmisericorde, por la acción depredadora del hombre que
subyace sobre los recursos no renovables de nuestro planeta. El hirsuto abuso,
ya fue exprimido lo suficiente y no dará más frutos, debido al desastroso
desempeño del designado por El Mesías
Eterno. El Sub Presidente será el encargado, de aupar al desencanto del
electorado. La decepción será grande. Conducir de nuevo a los electores como
mansos corderitos a las urnas, con mentiras y engaños, esta vez lo encuentro
muy difícil.
Todo lo anterior creara en el electorado la
necesidad de una búsqueda masiva y desesperada para salir del abismo en que nos
encontramos. La sensación de incredulidad los invadirá totalmente, frente a la
política tradicional. La represa que
contiene la gran frustración arrancara de un tajo los diques que la confinan y
las aguas de la inconformidad se saldrán
de su cauce, llevándose todo lo que se encuentre por delante. Rodaran las
cabezas cortadas por la guillotina de la opinión. La lógica y razonable
desconfianza hacia “los mismos con las
mismas” llegara a su nivel más alto y el electorado mamado de tanta falacia
ya no les funcionara como antes. Es el momento preciso para que entre a jugar
el Outsider. Con frecuencia se utiliza
el término “outsider” en la política norteamericana y corresponde su literal
interpretación a alguien que no pertenece y no forma parte de un grupo, una
organización, o no tiene ascendencia, en lo que los “Gringos” llaman “el
establecimiento”.
Es un competidor o candidato con pocas probabilidades de ganar inicialmente.
El “Outsider” es un desconocido en el mundo político y electoral, es un colado
en la fiesta a la cual no ha sido invitado y no forma parte del ramillete de
opcionados o no se encuentra en el sonajero que manejan nuestros Politólogos
criollos. Por supuesto que también puede ser un sujeto conocido, pero con pocas
probabilidades de éxito y que arranca campaña mal ubicado en las encuestas,
pero paulatinamente va gustando y va creciendo a medida que avanza la campaña
electoral
Para el 2022, un relativo desconocido hará del
populismo una religión y aprovechara ese vacío para llenarlo con promesas
vanas. El populismo punitivo sacara de nuevo la cabeza, saldrá del closet en que
lo mantienen guardado, esperando el momento electoral propicio para ser usado
con fervor. Es la misma situación que supo aprovechar Hugo Chávez en su
momento, es el cansancio, de un pueblo que se encuentra ahitó de mentiras y de
corrupción rampante. La desaparición de las Farc será la culpable: su ausencia
deja ver lo que permanecía oculto y hoy se convierte en algo visible: nos
daremos cuenta que el mayor problema no eran las Farc, nos daremos cuenta que
era la corrupción estatal y la clase política, la que la presidia. Este estado
de cosas es el Papayaso cíclico que se
presenta cada 50 años y dará origen al Outsider.
Ya se perfila quien será nuestro Outsider y
viene de Bucaramanga: Rodolfo Hernández, actual Alcalde de Bucaramanga. Aunque
no propiamente es un desconocido, tampoco es totalmente ajeno a la
política, pero su origen de provincia y
la ausencia de proyección Nacional lo hacen
calificar como el verdadero Outsider para el año 2022. Don Rodolfo representa
el cansancio de la gente ocasionado por la clase política, el no representa
ideología alguna, no representa un partido político, ni programas, ni ideas
renovadoras, solo " canta la tabla" y eso gusta, ante la ausencia de
verdaderos líderes que canalicen el natural descontento.
El Ingeniero Rodolfo Hernández no tiene lo que
naturalmente debería tener a su avanzada edad: serenidad, sensatez, control
sobre sus emociones. Don Rodolfo a su edad debería de ser una persona ataráxica
(imperturbable) tranquila y placida. Sucede todo lo contrario, es gritón,
perturbado, chavacan y patán. La patanería gusta. En las redes sociales sus
acciones son bien vistas y bien recibidas y de contera lo sitúan como el
próximo presidente de Colombia. Y no son pocos los que piensan que él es la
solución
No dice nada diferente a combatir la corrupción.
Un candidato que tiene como programa combatir la corrupción, no tiene programa,
porque eso perce, debe ser un propósito inherente a todo gobernante. Hay que
partir de la base que la corrupción no
debe existir ni siguiera en sus "justas
proporciones". Sucede, que en Colombia es tan escasa la virtud de ser
honesto en política, que cuando una persona lo es, se convierte en algo
excepcional, lo que en cualquier parte del mundo es lo normal. Al percibirse
honesto se convierte en un candidato atractivo solo por este hecho. Eso pasa
con Rodolfo Hernández.
No simpatizo con Rodolfo Hernández, no comulgo
con sus disparatadas actuaciones, me parece que hace tránsito a personaje
Folklórico, pero que tiene audiencia, la tiene. Se le conoce a nivel nacional
por hechos puntuales: hoy “le pega en la
cara marica” a un concejal coetáneo, mañana le dice a un candidato: “más manoseado que prostituta de Puerto
Wilches”, critica a un bombero por su protuberante abdomen, pone en
formación a los guardas de transito exigiéndole compostura y honestidad. Son
acciones populares que gustan, acciones llenas de singularidad y subjetividad, que
copan la atención en redes sociales y que se vuelven virales, son acciones que
lo catapultaran a ser nuestro próximo Outsider…. Y viene fletado de
Bucaramanga.
Por German Peña Córdoba