“ADVIENTO”
(Mateo 24, 37-44)
Jesús nos indica claramente que si nos descuidamos,
podemos pasarnos el tiempo haciendo muchas cosas y distraídos en lo que no es
fundamental y, nos puede llegar el momento de la muerte y encontrarnos con las
manos vacías de las obras que se esperan de un cristiano.
El Evangelio es muy claro al decirnos que es
urgente estar vigilantes y que es preciso que todos orientemos nuestra vida
hacia Aquél que es la meta última de nuestro camino: Dios mismo.
Sea el tiempo de Adviento una oportunidad para
preguntarnos por la manera cómo hemos vivido la vida y cómo ha sido nuestro
comportamiento moral frente a los demás y en las tareas que debemos realizar.
Qué alegría cuando se tiene un corazón libre de ataduras y vicios, un corazón
libre de mentira y doblez, un corazón sencillo para amar. Eso es lo que le podemos
presentar al Señor, pero, sino está así nuestro corazón, supliquémosle con
ferviente oración que Adviento y Navidad sean tiempos propicios para renovar
nuestro amor al Señor y a la Iglesia.
¡Vamos alegres a la casa del Señor!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Rector del Seminario Mayor “Los Doce Apóstoles”
de Buga