“Tercer Domingo del Tiempo Ordinario”
Domingo de la Palabra
(Mateo 4, 12-23)
Continuando con la pedagogía de la liturgia de
la Iglesia, llegamos al tercer domingo del tiempo ordinario, un domingo muy especial
que el Papa Francisco ha querido llamar “domingo de la Palabra” para dar realce
al valor e importancia de la proclamación de la Palabra de Dios en la vida de
la Iglesia.
Es urgente pensar que todos estamos llamados a
escuchar con atención y diligencia la Palabra del Señor y, ojalá, a meditarla
previamente antes de estar en la celebración de la Eucaristía. Vale la pena
darnos cuenta que esta Palabra es para mí, es para ti, es para toda la
humanidad que sigue siendo llamada a la “conversión” como nos lo proclama el
Evangelio dominical.
Es necesario sentirnos, como los Apóstoles,
llamados a participar seria y decididamente en la misión pastoral de la
Iglesia, más aún, debemos afirmar con sinceridad que todo bautizado tiene el
deber perentorio de hacer apostolado, de trabajar en su parroquia, de servir a
los demás, de orar por la humanidad, de contribuir para que el Reino de Dios
crezca y llegue a muchos.
La Palabra de este domingo trae varias veces la
palabra “luz” y esto es ya una misión para todos, pues, al ser bautizados, nos
ha enviado “para ser luz”, o sea, signo de la santidad de Dios para quienes
están cerca de nuestra vida.
Sigamos la recomendación de la Iglesia: meditar
diariamente la Palabra de Dios; qué bueno no ir a descansar antes de haber
leído el Evangelio del día siguiente y así, al inicio de la nueva jornada,
tener en los labios y el corazón la Palabra de Dios que trae vida nueva.
¡El Señor es mi luz y mi
salvación!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Párroco de la Catedral san Pedro de Buga