(Mateo 2, 1 - 12)
La Epifanía, es una de esas grandes
solemnidades de nuestra fe católica que nos hace sentir el amor de Dios cercano
e íntimo a cada uno de nosotros.
La palabra Epifanía se puede entender como
manifestación de Dios; es el momento en cual, el Señor, se da a conocer, hecho
hombre, a todos los pueblos de la tierra y a todas las generaciones. Los sabios
o magos de oriente representan los pueblos, aún no creyentes, para quien también
vino el Señor del Cielo y de la Tierra; Él es Dios para todos, es Señor para
cada persona que lo busca, más aún, Él sale al encuentro de cada persona donde
está presente el Espíritu Santo de Dios.
La Epifanía nos hace pensar que todos debemos
ser puente entre los creyentes y quienes no lo son, pues, la Luz que viene de
lo Alto es para todos; para eso vino el Señor al mundo: para salvarnos, para
acercarnos a la vida eterna.
La Epifanía es la fiesta de la fe proclamada
para todos los pueblos de la tierra y debemos pensar muy seriamente que hoy
día, aun habiendo nacido en familias cristianas, estamos en un momento difícil
en el cual muchos han dejado de creer, muchos son indiferentes, otro tanto buscan
la tranquilidad de la vida donde no la encontrarán.
Vivamos esta fiesta con el gozo de Dios; los
magos se llenaron de inmensa alegría… esa debe ser nuestra experiencia.
¡Te adorarán, Señor, todos los pueblos de la
tierra!
P. Rodrigo Gallego Trujillo
Párroco de la Catedral san Pedro de Buga