Texto de Germán Peña Córdoba
En contravía
a los hechos notorios, acaecidos hace más de un cuarto de siglo y que hoy son historia, como lo fueron: la
caída el Muro de Berlín, la desaparición de la URSS, el ascenso de la China
capitalista, la muerte de líderes como Fidel Castro, Hugo Chávez, contrario a
toda esta dinámica de cambios severos, nos quieren hoy asustar con una
fantasmagórica palabra: "Neo
comunismo". Lo fáctico, se contrapone a lo que nos quieren inútilmente
inocular. Con la elemental y rebuscada palabrita se están realizando ingentes
esfuerzos, para posicionarla como nuevo miedo, en el mercado electoral
Colombiano. Los medios de comunicación, construyen seudorealidades, crean
matrices de opinión y lo que llaman "opinión pública" es direccionada
a su antojo. La mentira está a la orden del día: Ayer fue el desgastado "Castro chavismo", hoy es el "Neo comunismo".
El
invento de la palabra "Neo comunismo",
ya comenzó a circular y su pronunciación es pegajosa como obviamente se
pretende que sea, pero a esto le resulta un evidente problema: nació semi-muerta
y es imposible revivirla con respiración boca a boca o electrochoques, el
invento, nació sin un sólido sustento en el terreno de lo real. Esperamos no
caer en el engaño reiterado y mañoso, porque la fantasía de asustar incautos y
ejercer el control social electoral que necesitan, ya debutó en sociedad, con
miras al 2022. El cuento chino, es hijo legítimo del otro bobo cuento llamado
"Castro chavismo" que efectivamente logró asustar incautos. La vacua
palabreja, traspasó las fronteras patrias y sin éxito se infiltró fallidamente
en la campaña Trumpista. No se logró el objetivo, por el cual "pusieron
toda la carne en el asador". La cuenta de cobro, de parte de los
Demócratas en el poder, no se hará esperar y llegará en el momento menos
pensado. ¡Grave!.
La
narrativa montada con la palabra "Neo comunismo" no va de la mano de
las realidades acaecidas en los años recientes, que proporcione credibilidad al
Frankestein creado en el laboratorio de la falacia, sino que va, con las estulticias
con que tradicionalmente han pretendido engañar a una mayoría crédula y
correligionaria de la secta política. La palabra en cuestión, no es creíble ni
sólida porque, hechos históricos como la caída del muro de Berlín que separaba
las dos Alemanias y todo lo que simbólicamente significaba, se cayó hace 25
años, hoy ya no existe. La disolución de la antigua Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas URSS, la ocasionó la Apertura o Glasnost través de la
Perestroika de Mijaíl Gorbachov, este hecho histórico se dio hace más de 30
años (1985-1991), hoy, la URSS ya no existe, China vive bajo una economía de
mercado, donde es permitida la propiedad privada y solo queda como expresión de
Comunismo, el sistema de Partido Único, Fidel Castro icono de la Revolución
Cubana era inflexible y dogmático en su doctrina, con la dinámica de los
tiempos le tocó flexibilizarse y abrir un poco, lo que era ortodoxo y absoluto;
en su caso, la Biología hizo su paciente trabajo, y Fidel murió. Hugo Chávez,
también se mudó de Barrio: murió prematuramente; su heredero Nicolás Maduro,
vive acorralado por las asfixiantes medidas del bloqueo, que causan invivibles
sufrimientos a sus connacionales.
En
este contexto, lo más representativo del Comunismo en el mundo, mutó de la
dictadura del proletariado, inflexibilización y abyección dogmática, a
políticas aperturistas del mercado y disminución del tamaño del estado a través
de privatizaciones, lo que significó Neoliberalismo puro... No siendo esto lo
ideal es lo real, y hoy toca adoptar mecanismos de adaptabilidad, que
garanticen la supervivencia en un implacable mundo Neoliberal expresado en un
inmoral capitalismo salvaje, que solo nos libra de él, una social Democracia.
En Colombia, la palabra Comunismo o Socialismo la usan los inoculadores del
miedo, como arma de dominación política. Necesitan, aferrarse a algo que les
facilite la manipulación de masas, que son proclives a ser fácilmente engañadas
y manipuladas sin mayor esfuerzo.
Producir
miedo es el arma predilecta y electoralmente les funciona. La política se
convirtió en el arte de producir miedo, avasallar y eliminar con mentiras al
contrario. No existen propuestas concretas, ni programas específicos, los
electores en su gran mayoría no poseen conciencia crítica, la política en
Colombia solo se limita, al manejo de unas emociones y unos amores pasionales
profesados a caudillos de ocasión, que tienen el anhelo permanente de
perpetuarse en el poder. Pero de ideas cero. No entiendo porque critican a
Venezuela si en esencia es lo mismo. Eso nos da la idea del miedo, que se le
tiene al cambio que se avecina, entonces les toca pregonar fantasías en un
mundo donde impera las Fast News. Parece que no les queda otro recurso
distractor para manejar psicológicamente las masas. Se agotaron las mentiras,
para mandar a votar "enverracados"
Las
palabras van, las palabras vienen y se originan en hechos simples que se
catapultan encontrando en los medios, la caja de resonancia que se encarga de
su efectiva difusión. Cuando Juan Carlos Echeverri Garzón, Ministro de Hacienda
y presidente de Ecopetrol del Gobierno de Juan Manuel Santos, quiso la explicar
la equidad que ofrecía, el hecho de reformar las regalías, trajo a colación el
hecho metafórico de la distribución equitativa de la mermelada, en la
superficie de una tostada. Con el tiempo, el inocuo propósito de Juan Carlos
Echeverri, el ex procurador Alejandro Ordóñez Maldonado, lo refirió como
"Mermelada" a lo que tradicionalmente se llama Lentejismo (venderse
por un plato de lentejas). El término se popularizó y se posicionó en los
medios. Ahora, todo lo que se refiere a soborno, le dicen
"Mermelada".
Igual
sucede con el término "Castro chavismo" y el término
"Mamerto". Todo aquel que manifieste progresismo o ideas de avanzada,
es etiquetado peyorativamente con el término "Mamerto". El término
"Mamerto" es viejísimo, pero ahora lo revivió de manera deformada,
María Fernanda Cabal. En los años 70s', se le decía "Mamerto", al
estudiante de ideas Socialistas moderadas, con tendencia pro-soviéticas, otros
del ala radical eran los Maoístas.
Por lo
general, el Mamerto era un muy buen estudiante, necesariamente de ideología
izquierdista, cerebral y ponderada. Pero, definitivamente, el término nació en
la dirigencia del partido Comunista colombiano (PC), y su significado coloquial
se origina, porque el PC tenía entre sus miembros tres dirigentes, cuyos
nombres terminaban en "Erto": Gilberto, Humberto y Alberto. Por
afinidad sonora, le pusieron el Partido de los "Mamertos", que en el
Ecuador significa persona de escasa inteligencia o escasa habilidad
Muchos
son los términos que aparecen de manera espontánea y que enriquecen nuestra
lengua, por fuera de la ortodoxia idiomática, otra cosa es la perversidad, que
se deriva de su utilización con fines políticos electorales, non sancta…
Arquitecto Univalle